Cumpleaños noventa y dos de mi papá
25 de marzo de 2018
A nombre de mis hermanos y de toda la familia Moras Sánchez
¡Noventa y dos años ya!
Festejemos dondequiera
que hoy mi papá cumple años
y eso no lo hace cualquiera.
Fue queridísimo nieto
de don Rafael Junquera
español, muy asturiano,
de la población de Xera.
Hijo de Toribio Moras,
sangre castellana lleva
del Cerrato tan querido
de aquella Palencia eterna,
tierra de trigo y de vino,
de gente que pastorea,
que sin descanso trabaja
y hacia donde a veces vuelan
entre las nubes y el viento
entre la luz y la niebla
mis recuerdos que perduran
de aquellas benditas tierras.
Siempre afirma, agradecido,
con segura convicción,
inamovible certeza
y con visible emoción
que sin haber duda alguna,
fue su mejor decisión
a mi mamá enamorar
y haber tenido el honor
inigualable alegría,
e increíble bendición,
de elegirla por esposa,
pues “como Tere no hay dos”.
¿Mas que te puedo decir
hoy que te felicitamos?
Cordobés de nacimiento
y siempre veracruzano,
sé que fuiste futbolista,
y sin tener muchos años,
defendiste los colores
de aquel Iberia afamado,
como muy pocos lo hicieran
en la Córdoba de antaño,
con aquellos buenos pases y
causando mucho daño
al delantero contrario
con formidables chutazos,
tu rapidez en el césped
y certeros cabezazos.
Fuiste también beisbolista,
y tus salvajes batazos
y tu segura mitena
muchos partidos ganaron.
Triunfaste de frontenista:
incisivo delantero,
y con paleta o raqueta,
dando efectos muy certeros
fuiste campeón en la cancha,
y ganaste los trofeos
que solo los grandes ganan
en el mundo frontonero.
Y con fiereza, en la red,
tengo también el recuerdo
de verte con tu raqueta
también usar el efecto
para ganar en el tenis,
con tu singular talento.
Fuiste gran volibolista
y también basquetbolero
y me pregunto, curioso,
si acaso en el mundo entero,
existiría algún deporte
en el que no fueras diestro.
Te he dicho lo que sin duda
tus hijos ya conocemos
y lo que sé que ya saben
tus diez tan queridos nietos.
Mas quisiera hoy repetirte
lo que todos ya sabemos.
Te hemos dicho lo que fuiste
y esto es lo que sigues siendo.
Eres un papá excelente:
muy querido por nosotros.
Te preocupas, nos procuras
y eres siempre bondadoso.
Todos así lo sabemos
y te agradecemos todos.
Desde pequeños tuvimos
tu incondicional apoyo
y tu presencia constante
y tu impulso y tu socorro
nos han llevado adelante.
¡Nos han ayudado a todos!
Hoy veinticinco de marzo,
hoy que son noventa y dos,
hemos sido bendecidos,
¡Y hay que dar gracias a Dios!