Pueblos Palentinos del Camino de Santiago
El Camino de Santiago
entra primero a Palencia
cruzando por largo puente
el venerable Pisuerga
y así, saliendo de Burgos
llega a Itero de la Vega.
A Boadilla del Camino
se arriba por carretera
o por caminos pedestres,
y una majestuosa iglesia,
encontramos en el pueblo,
con imponente silueta.
Con un arte esplendoroso
de escultórica riqueza,
Frómista, Tierra de Campos,
a la que por siempre riega
el gran Canal de Castilla,
tiene impresionantes huertas
y acoge a los peregrinos
con románica belleza.
Después, Población de Campos,
a la orilla del Ucieza,
tiene historia muy antigua
y hasta una Calle Francesa.
A Villovieco encontramos,
con tradicionales fiestas.
Su iglesia, Santa María,
es de singular belleza.
A Villalcázar de Sirga
con su majestuosa iglesia
nunca puede ya olvidarlo
quien lo ve por vez primera.
El Marqués de Santillana,
quien fuera un grande poeta,
nació en Carrión de los Condes
y tuvo una gran influencia
con sus dulces serranillas
en la España de su época.
Sigue luego en el Camino,
Calzadilla de la Cueza
con su solitaria torre,
de elegancia nada escueta.
Y en unos pasos veremos
en el camino, a la vera,
a Ledigos, vieja villa
siempre muy grata y serena.
A lo lejos puedo ver
a un pueblo con mil leyendas:
Terradillos es su nombre
de los Templarios herencia.
No muy lejos, Moratinos,
con una sencilla iglesia,
tiene, con gran distinción,
una Calzada Francesa.
Y cerca ya de León,
para que todos lo vean,
está el último poblado
de la entrañable Palencia.
Su nombre es exuberante:
con San Nicolás empieza
y no sin que falte elegancia
con del Real Camino cierra.
Esta alegre pedanía,
encantadora y pequeña
es el postrero poblado
que en la palentina tierra
verá el santo peregrino
quien, con su fe sempiterna,
a Santiago se encamina
por la ruta jacobea.